Monsanto y el gobierno de la mano, una vez más, para seguir privatizando las semillas.
Invitamos a todas las organizaciones sociales y políticas comprometidas con la Soberanía Alimentaria a sumarnos para luchar contra el Proyecto de Ley de Semillas que el gobierno se apresta a presentar al Congreso.
Repitiendo el show brindado en agosto del año 2012 cuando el entonces Ministro de Agricultura Yahuar brindó una conferencia de prensa junto al representante de Monsanto en Argentina para anunciar la modificación de la Ley de Semillas, el actual Ministro Buryaile acaba de sentarse junto al vicepresidente de Monsanto para América del Sur, Fernando Gianonni, para anunciar exactamente lo mismo.
Este “importante acuerdo para el uso de tecnología” de acuerdo a las mismas definiciones del Ministerio tiene dos componentes centrales:
El primero es que el Ministerio de Agricultura, a través del INASE se compromete a ¡Hacer cumplir la Ley! Aunque esto parezca un absurdo, la actual Ley de Semillas permite el uso de propio de la semilla pero no autoriza a vender ni intercambiar semillas que poseen Derecho de Obtentor. Sin embargo la Bolsa Blanca, llamada así por tratarse del mercado de venta de semillas sin identificación, fue el mecanismo que Monsanto eligió para que la soja transgénica se expandiera ilegalmente en Argentina, Brasil y Paraguay desde su introducción en 1996 hasta el quiebre de la resistencia en los países vecinos en el 2003 y la fundación de la República Unida de la Soja. A partir de allí Monsanto comenzó a reclamar por el cambio en la Ley de Semillas. Hoy la Bolsa Blanca sigue siendo una de los principales canales de comercialización de la semilla de soja transgénica, lo cual afecta las ganancias de Monsanto. .
El segundo componente mucho más relevante para nuestra agricultura y alimentación es la modificación de la Ley de Semillas, que como ya mencionamos es parte de la agenda de las corporaciones (Monsanto, Syngenta, Bayer, Dow, Basf y Dupont – Pionner) desde hace más de una década. «Este año tendremos una nueva Ley de Semillas acordada entre todos los actores», adelantó el ministro Buryaile repitiendo la frase del otro Ministro en el 2012.
Como distintos sectores sociales y políticos lo vienen planteando desde hace años la modificación de la Ley de Semillas vigente (que ya contiene importantes elementos de privatización de las semillas) implicará un fuerte avance en el control corporativo de nuestro sistema alimentario que tiene en las semillas agrícolas su punto de partida. No hay que olvidar que no se hará una Ley para las semillas de soja sino una Ley para todas las semillas utilizadas en Argentina. Las semilleras transnacionales tienen, por ejemplo, trigos transgénicos listos, y están esperando una ley acorde a UPOV 91 para lanzarlos al mercado.
No hay ninguna duda que el proyecto contendrá elementos para impedir el denominado “uso propio” de las semillas limitando la posibilidad de “guardar semilla” para la siguiente cosecha, derecho básico de los agricultores que es el fundamento de toda agricultura. Lejos de interesarnos la disputa comercial entre los sojeros argentinos y las grandes corporaciones, repudiamos la modificación de la Ley de Semillas porque aquella no solo intensificará el modelo saqueador de la agroindustria argentina sino que abrirá las puertas para que se profundice la expropiación y privatización de la biodiversidad agrícola y silvestre de Argentina y fortalecerá un sistema policial para asegurar el cumplimiento de esta ley.
Este proyecto será además una estocada fatal para las múltiples experiencias basadas en la Agroecología (productivas y de autoconsumo) que representan el punto de partida para las transformaciones necesarias en nuestro país.
Todos estos elementos estuvieron presentes en los borradores que se elaboraron en los últimos años desde los escritorios del Ministerio y que pudimos analizar a partir de filtraciones, ya que nunca se hicieron públicos desde el Gobierno. También están presentes en el Proyecto recientemente presentado por el Massismo al Congreso intentando tomar la delantera frente a Cambiemos.
Hoy, frente a un avance corporativo en el que son los mismos “dueños” de las grandes corporaciones quienes ejercen el poder y ocupan los distintos Ministerios, se hace necesario lograr un amplio acuerdo de todos los sectores sociales comprometidos con la Soberanía Alimentaria y la defensa de los Derechos Humanos, de una economía antiimperialista, anticapitalista y en armonía con la naturaleza de nuestro pueblo para frenar esta Ley. Hacemos un llamado para dar esta lucha desde la unidad y la movilización en todos los espacios: gremiales, intelectuales, ambientalistas, políticos, medios de comunicación, etc.
¡Las semillas son un Patrimonio de los Pueblos al Servicio de la Humanidad!
Por eso le decimos al Gobierno Nacional y a todos nuestros legisladores:
¡NO A LA MODIFICACIÓN DE LA LEY DE SEMILLAS!
¡NO A LA PRIVATIZACIÓN DE LAS SEMILLAS Y LA VIDA!
¡FUERA MONSANTO Y LAS CORPORACIONES DEL AGRONEGOCIO DE AMÉRICA LATINA!
¡POR UNA AGRICULTURA PARA ALIMENTAR Y EN MANOS DE LOS PUEBLOS!